De la ciudad blanca (Parte I)
- daniela22285
- 25 nov 2015
- 3 Min. de lectura
La Ciudad Universitaria de Bogotá surge en el año 1936, con el ideal de romper los muros de la educación religiosa, cambiándolos por el horizonte de la educación laica y libre-pensante. Del mismo modo, la ciudad universitaria busca romper el paradigma de la arquitectura de la época, proponiendo una nueva tendencia, no sólo en materia de construcción de edificaciones distintas a las convencionales, sino con la propuesta de crear un espacio en el que todas las facultades de la universidad pudiesen convivir y dialogar.
A partir de estudios del terreno que comprendería la universidad nacional y, bastantes planos reinventados, se dio inicio a la construcción de la Ciudad Blanca Universitaria. Ahora bien, cabe mencionar varios de los edificios que hacen parte del emblema de la ciudad universitaria de Bogotá; aclarando, por supuesto, que fueron concebidos en años distintos y, como consecuencia, algunos hacen parte de distintas tendencias arquitectónicas vividas en el país.
Facultad de Ingeniería (1937-1944)
Museo de Arquitectura (1945-1949)
Facultad de Ciencias (1937)
Estadio Alfonso López (1937-1939)
Edificio de Bellas Artes (1937-1964)
Facultad de Derecho (1938-1940)
Facultad de Economía (1958-1964)
Escuela de Cine y Televisión (1937-1944)
Auditorio León de Greiff (1966)
Si bien existe una gran cantidad de edificios dentro de la ciudad universitaria, que merecen ser reconocidos, por ahora se estudiarán el edificio 201 y 406, que corresponden respectivamente al Edificio de Derecho y, el Laboratorio de Ensayos y Materiales.
EDIFICIO 406
Surge a partir de la necesidad de la época de contar con un estudio científico de los materiales más óptimos para la construcción. En muchos países del mundo se construyeron laboratorios de ensayos, y, en la mayoría de los casos, fueron vinculados a las facultades de ingeniería. Por otro lado, se empezaron a crear, de manera continua, asignaturas que estudiaban el uso de los materiales en ciertos ámbitos de aplicación, así como también los métodos para manejar dichos materiales; sin embargo, toda la producción científica ocurría en otros países y en otras universidades, por lo que, los libros que contenían información científica respecto a este tipo de estudios era explotada, y a veces, absolutizada, pues no existía ninguna otra fuente científica confiable a la cual acudir.
Así pues, “El proyecto fue concebido en 1939 por el arquitecto Leopoldo Rother para albergar los laboratorios de Ensayos de Materiales, los cuales habían sido creados en 1926, por iniciativa de los ingenieros Gabriel Durana Camacho y José Gómez Pinzón, con el objeto de poder desarrollar la investigación y el conocimiento de los materiales empleados por la industria y la ingeniería en obras de construcción.” Ya con los laboratorios, se establecieron las disposiciones del uso de los mismos, bajo la siguiente organización:
Ensayo mecánico de materiales.
Ensayo de cementos, morteros y concretos.
Asfaltos y pavimentos.

El laboratorio debía distribuirse espacial dadas las diversas actividades que se llevaban a cabo, y a su vez, las dimensiones de las distintas máquinas:
Laboratorio para ensayos mecánicos
Laboratorio para ensayos con maquinas livianas
Laboratorio de cementos y suelos
Laboratorio de química

Dados ya los laboratorios, el avance de la producción científica dentro de la universidad fue creciendo y especializando así los pensum y carreras. Año tras año los laboratorios fueron tomando vida en las manos de todos los estudiantes que hicieron uso de tal espacio.

El edificio, más que albergar unas frías máquinas funcionales para cierto fin, cumple un papel importante en muchos campos de la vida cotidiana de la Universidad Nacional.
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